domingo, 23 de noviembre de 2014
lunes, 22 de septiembre de 2014
ALCOHOL Y SALUD MENTAL
Tomado de: SALUDALIA
http://www.saludalia.com/alcohol-y-drogas/alcohol-y-salud-mental
ALCOHOL Y DROGAS -Alcohol y salud mental
Efectos sobre el
Sistema Nervioso Central
El alcohol es quizás
la droga con mayor número de mecanismos de acción sobre el sistema nervioso
central y la que más diversos y graves trastornos mentales produce, cuando no
los agrava en aquellos que abusan y dependen de él de forma secundaria a una
enfermedad mental previa.
Entre las enfermedades
mentales que el alcohol provoca destacan:
Delirium tremens. Demencia. Trastorno amnésico. Trastorno
psicótico. Trastorno afectivo. Trastorno por ansiedad.
Delirium Tremens
Es una encefalitis aguda producida por la respuesta del
"cerebro" a la supresión brusca del etanol a la que el paciente
alcohólico es dependiente, aparece durante la semana siguiente a la reducción o
supresión de la ingesta de alcohol. Este trastorno es una urgencia médica que
puede llevar a la muerte, pues un delirium tremens no tratado tiene una
mortalidad del 20%. Por lo general son pacientes de más de 30 años, pues suele
ser habitual una historia previa de muchos años de consumo de alcohol. Se
produce una marcada alteración de la conciencia, con reducción de la capacidad
de mantener la atención, junto a diversas alteraciones cognoscitivas (memoria,
orientación tempo-espacial, lenguaje) y en ocasiones perceptivas (sobre todo
visuales, pero también táctiles o auditivas). También es frecuente la
existencia de enfermedad médica asociada.
Demencia
La demencia se puede
producir tanto por los efectos neurotóxicos del alcohol como por los frecuentes
problemas de malnutrición, traumatismos craneoencefálicos y afectación de otros
órganos como el hígado, páncreas y riñones.
Se caracteriza por un deterioro de la capacidad para aprender
nueva información o recordar la aprendida, junto a otras alteraciones
cognoscitivas como alteraciones del lenguaje, del reconocimiento o
identificación de objetos y de la capacidad de llevar a cabo actividades
motoras. Todos estos trastornos llevan a un deterioro significativo de la
actividad laboral o social.
Trastorno amnésico persistente
También conocido como síndrome de Korsakoff, se caracteriza
por una alteración en la memoria a corto plazo causada por el consumo
prolongado de grandes cantidades de alcohol. Está motivado por un déficit de
tiamina. Es con frecuencia consecuencia de un episodio agudo de encefalopatía
de Wernicke, trastorno que se caracteriza por confusión, anomalías del
movimiento de los ojos y otros signos neurológicos que precisan de un
tratamiento con dosis altas de vitaminas del grupo B para evitar una evolución
a síndrome de Korsakoff.
Trastorno psicótico inducido por el alcohol
Se caracteriza por alucinaciones, por lo general auditivas,
que suelen tener un contenido amenazante. Su duración suele ser corta pero hay,
con frecuencia, convicción delirante que hace al sujeto perder el sentido de la
realidad. Las pruebas de que los síntomas están relacionados con el alcohol se
basan en que no estaban presentes antes del consumo o la abstinencia, persisten
un tiempo corto (no más de un mes) y no tienen una marcada gravedad.
Trastorno afectivo inducido por el consumo de alcohol
Este trastorno puede
cursar con síntomas depresivos, maníacos (entendiendo como tales una alegría desbordante que hace al sujeto tener un comportamiento inapropiado) o cuadros
mixtos.
Para poder
diagnosticar un cuadro de depresión habrá que valorar que el sujeto tiene un
estado de ánimo depresivo la mayor parte del día, con disminución acusada del
interés para casi todas las actividades, trastornos del sueño y de la
psicomotricidad, fatiga, sentimientos de inutilidad, baja capacidad para
pensar, concentrarse o decidir, e ideas de muerte.
El riesgo de padecer
depresión es 3 veces mayor en los varones que abusan de alcohol que en los que no
abusan. En las mujeres este riesgo es 4 veces mayor.
Por otra parte, un 34%
de la totalidad de pacientes deprimidos abusan del alcohol. Esta co-morbilidad
entre depresión y los diagnósticos de abuso o dependencia de alcohol
distorsiona el cuadro diagnóstico, interfiere con el cumplimiento del
tratamiento y aumenta el riesgo de conducta suicida o violenta.
En el lado opuesto el
cuadro maníaco se diagnosticará en base a una autoestima grandiosa, con poca
necesidad de dormir, verborrea, pensamiento acelerado, distraibilidad y aumento
de la actividad, incluyendo algunas actividades peligrosas.
En los cuadros mixtos
se producen una mezcla de síntomas de ambos trastornos.
martes, 13 de mayo de 2014
Suscribirse a:
Entradas (Atom)