miércoles, 1 de junio de 2011

APRENDIZAJE Y ALCOHOL




ESTAMOS EN PLANETA VENEZUELA
EL ALCOHOLISMO, UN TRASTORNO DE APRENDIZAJE

Ya en un post anterior hablamos de un estudio que vinculaba la monogamia con el alcoholismo. Ahora en la Universidad de Texas-Austin señala que el problema de la bebida puede ser un problema de aprendizaje.


Es un artículo publicado enFuturity.org se señala que “si bien con un par de copas uno olvida el nombre del compañero de trabajo,el alcohol llega a “cebar” al cerebro para que subconsciente aprenda (pero a seguir bebiendo).


Por supuesto, no es algo que nos interese aprender pero así funciona el cerebro y eso podría explicar los casos de alcoholismo, e incluso, conseguir una solución.


En el artículo, se señala que “por lo general, cuando hablamos de aprendizaje y memoria, estamos hablando de la memoria consciente”, dice Hitoshi Morikawa, neurobiólogo de la Universidad de Texas en Austin, cuyos resultados fueron publicados en la revista Journal of Neuroscience.


Morikawa dice que el alcohol disminuye nuestra capacidad para mantener pedazos de información como "la definición de una palabra o dónde estacionamos el carro. Sin embargo, nuestro subconsciente está aprendiendo y recordando también, y en realidad el alcohol puede aumentar nuestra capacidad de aprender”, o más bien la condiciona en ciertos aspectos.


El estudio encontró que la exposición repetida de alcohol aumenta la plasticidad sináptica en una zona clave en el cerebro, y es una prueba más hacia el consenso en la comunidad neurocientífica sobre que la adicción a las drogas y el alcohol es fundamentalmente un trastorno de aprendizaje.


Cuando bebemos alcohol (o tomamos alguna otra droga: heroína, cocaína o metanfetaminas), nuestro subconsciente está aprendiendo a consumir más. Pero no se detiene allí. Se llega a ser más receptivos en la formación de recuerdos subconsciente y hábitos con respecto a la alimentación, la música, incluso personas y situaciones sociales.


Así, señala Morikawa, los alcohólicos no son adictos a la experiencia placentera que se obtiene al beber; son más bien adictos a todos los estímulos ambientales, conductuales y fisiológicos que se ven reforzados cuando, por el alcohol, se libera dopamina en el cerebro.


"La gente normalmente piensa en la dopamina como un transmisor de felicidad o placer, se trata más exactamente de un emisor de aprendizaje", dice el investigador. "Refuerza las sinapsis que se activa cuando la dopamina se libera".


El alcohol, en este modelo, es un facilitador. “Secuestra” el sistema dopaminérgico, y le dice al cerebro que lo que estamos haciendo en ese momento es gratificante (y por lo tanto que vale la pena repetir).


De esta manera lo que se aprende es que el consumo de alcohol es gratificante: sabemos que vamos a ir a un bar, charlar con amigos, comer y escuchar cierta música que son placenteros. Cuanto más a menudo hacemos estas cosas con la bebida y la dopamina que se libera más, más se "potencian” las sinapsis establecidas y por eso se anhela más el conjunto de experiencias y asociaciones que rodean el consumo de alcohol.


Este estudio ofrece una esperanza (a largo plazo): mediante la comprensión de las bases neurobiológicas de la adicción, se puede desarrollar drogas que debilitaría, en lugar de fortalecer, las sinapsis que se desarrollan con el alcohol o las drogas.


"Estamos hablando del “cableado” cerebral", apunta Morikawa. "Atemoriza un poco porque tiene el potencial de ser una sustancia que puede controlar el comportamiento humano. Nuestro objetivo, sin embargo, es disminuir en la mente el control que tienen las adicciones”.

LABORATORIO DE ONTOGENIA, ALCOHOL Y APRENDIZAJE
Ya sea durante etapas prenatales o la infancia, el organismo puede estar expuesto a las propiedades sensoriales y/o tóxicas del alcohol a través del consumo materno de la droga. Este laboratorio intenta analizar las consecuencias y los mecanismos involucrados en el patrón de respuesta hacia el alcohol en función dichas experiencias tempranas con el psicotrópico. Se estudia la información que procesa y retiene el feto cuando es expuesto a la droga mediante la intoxicación materna. Se analizan además las memorias que se generan en el infante expuesto al alcohol a través de la leche materna. Se indaga sobre el valor afectivo de estas memorias tempranas y el efecto que ejercen sobre el patrón de reconocimiento, aceptación y posterior consumo de la droga. De esta línea general de trabajo, se desprenden diferentes sublíneas de estudio que se describen a continuación:
Aprendizaje fetal y etanol. Análisis de la exposición prenatal a los atributos sensoriales y/o tóxicos de la droga:
Se evalúan los mecanismos a través de los cuales el feto de rata, durante el último periodo gestacional, genera aprendizajes mediatizados por la intoxicación etílica materno-fetal. Mediante un esquema de aprendizaje asociativo, se evalúa si el feto asocia claves quimiosensoriales, presentes en el ambiente prenatal, con la inducción de un estado tóxico con la droga. Esta memoria es posteriormente evaluada durante distintas etapas del desarrollo ontogénico. Para esto, el neonato o la cría son nuevamente desafiados con las claves sensoriales, que señalizan un estado tóxico etílico, en distintos esquemas de evaluación adaptados para la ventana ontogénica bajo consideración. Asimismo, se intenta abordar la implicancia del sistema opiáceo endógeno en los procesos de adquisición, consolidación y/o expresión de esta memoria asociativa prenatal.
Se estudia, además, el valor afectivo de una memoria prenatal mediada por los efectos incondicionales del etanol. Se utiliza un modelo de condicionamiento asociativo, que consiste en exponer al feto a una sustancia sápida y posteriormente, a un estado de intoxicación etílica. La exposición prenatal al alcohol mediante la intoxicación materna modula respuestas posteriores hacia la droga, que pueden ser observadas momentos próximos al nacimiento (neonatos) e incluso transcurridos varios días desde el nacimiento.  
Alcohol y lactancia. Evaluación de experiencias infantiles con el etanol, en el contexto de lactancia.
Mediante diversos abordajes experimentales se estudian las consecuencias a corto y largo plazo de la intoxicación repetida con alcohol sobre los organismos en desarrollo. Específicamente, se indaga la modulación de los patrones de reconocimiento y consumo de alcohol promovidos por experiencias con la droga durante la lactancia; como también la reactividad de los organismos a diferentes propiedades sensoriales y tóxicas de la droga. Asimismo, el interés se dirige también al análisis de efectos secundarios o indirectos de estas experiencias, tales como el impacto sobre el desarrollo motriz de los infantes y de su capacidad de respuesta a estímulos ambientales. Factores tales como la percepción de las propiedades olfato-gustativas de la droga presente en leche y la alteración del comportamiento de cuidado materno pueden ser sindicados como los principales promotores de los efectos observados.
Estudio de la interacción de experiencias etílicas, cuando el organismo procesa la droga durante la gestación tardía y el periodo de amamantamiento
Se evalúa el impacto de la administración de alcohol durante la gestación tardía y la lactancia sobre: a) respuesta de la progenie a atributos quimiosensoriales del alcohol, b) sensibilidad infantil a los efectos postabsortivos de la droga, evaluada a través de procedimientos de aprendizaje asociativo y c) cambios en la estructura del repertorio comportamental materno como consecuencia de administraciones repetidas de alcohol. Los resultados obtenidos hasta el momento indican que las experiencias pre- y postnatales tempranas con etanol interactúan en términos de facilitar posteriores patrones de aceptación de la droga; que las propiedades sensoriales del etanol pueden ser codificadas independientemente de los efectos tóxicos de la droga y que la exposición prenatal facilita la expresión de tolerancia etílica materna. Adicionalmente, y teniendo en cuenta que: el bulbo olfatorio es la principal estación de relevo de las vías olfatorias; que exhibe una rápida maduración en las etapas de gestación tardía y postnatal temprana de la rata; y que este seria el principal órgano implicado en los aprendizajes tempranos mediatizados por etanol. Esta línea contempla el análisis de la posible coexistencia de memorias generadas temprano en la ontogenia, con alteraciones celulares en el bulbo olfatorio. Este trabajo es conducido en cooperación con el Centro de Biología Celular y Molecular de la FCEF y N, UNC.
Análisis de experiencias con el alcohol durante la periadolescencia. Estudio de distintos mecanismos de percepción de la droga y el impacto en el patrón de respuesta hacia la misma.
La línea de investigación se centra en el estudio de la adolescencia como etapa temprana en la cual experiencias con alcohol pueden modular la posterior reactividad hacia la droga. Se analizan, por un lado, las propiedades discriminativas del alcohol. De qué manera la rata periadolescente discrimina diferentes estados interoceptivos generados por la droga, en diferentes dosis, o durante distintas etapas temporales del proceso tóxico. Asimismo, de que manera los paradigmas de discriminación de estado pueden contribuir a la expresión de propiedades apetitivas del alcohol. Por otro lado, se estudian las relaciones entre factores de influencia social y consumo de alcohol en adolescentes. Se trabaja en el desarrollo de modelos animales de iniciación en el consumo de alcohol mediado por interacciones sociales en adolescentes. Y se estudia la generación de memorias apetitivas hacia el alcohol a través de interacciones sociales con un congéner intoxicado. http://www.immf.uncor.edu/Lab_Molina.htm
MG - MedicinaGeriátrica      
                       
        Miercoles 24 de Noviembre de 2004

Alcohol: Un estudio revela que la memoria y las habilidades de aprendizaje se ven obstaculizadas
No es un secreto que una noche de bebida en exceso puede proporcionar a la mañana siguiente resequedad en la boca, una jaqueca atroz y un estómago irritado.
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Pero también puede dificultar el aprendizaje de nueva información, o el recordar cosas que ya se sabían, según reporta un nuevo estudio.
Los investigadores de Irlanda del Norte afirman que las resacas contribuyen con los problemas de memoria y de retardo en el tiempo de reacción, incluso tras varias horas desde la última llamada.
Los hallazgos pueden parecer obvios, y de hecho "confirman lo que mucha gente observa sobre cómo se desempeña uno tras una noche de copas", dijo el Dr. Robert Cloninger, un profesor de psiquiatría de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington que estudia el efecto del alcohol.
Lo distinto sobre estos nuevos hallazgos es que el organismo de la mayoría de los participantes había procesado todo el alcohol de la noche anterior. Incluso cuando sus niveles de alcohol en la sangre habían retornado a cero, aún presentaban problemas para las funciones básicas.
"Esto es significativo ya que sugiere que si sale a beber y se permite un tiempo suficiente para que la concentración de alcohol en la sangre retorne a cero para el momento en que se regrese a clase al siguiente día, aún se presentarían dificultades en el aprendizaje de nueva información", dijo el investigador del alcohol Aaron White, un profesor asistente de investigación de psicología de la Universidad de Duke. "Estos descubrimientos sugieren que el alcohol puede afectar su capacidad de aprendizaje por mucho tiempo después de que la intoxicación se haya desvanecido".
Los investigadores registraron a 33 mujeres y 15 hombres, todos "bebedores sociales" para que formaran parte del estudio. Los sujetos fueron evaluados con pruebas de memoria y coordinación durante las mañanas siguientes ya sea tras haberse abstenido de beber, o de haber bebido la cantidad acostumbrada de alcohol entre las diez de la noche y las dos de la madrugada.
Los participantes no eran precisamente bebedores moderados. Las mujeres, en promedio, bebieron 10.6 "unidades" por noche cuando se les permitió beber; el promedio para los hombres fue de 10.5. Una "unidad" fue definida como una copa de vino, aproximadamente un cuarto de litro (media pinta) de cerveza o una "medida" de licor.
Los hallazgos aparecen en la edición de noviembre/diciembre de Alcohol and Alcoholism.
A la mañana siguiente tras haber bebido, los sujetos se desempeñaron peor en algunas pruebas de memoria y tiempos de respuesta que aquellos que no bebieron, aunque la resaca no afectó el desempeño de los bebedores en todas las pruebas.
Como era de esperarse, los bebedores no se sentían bien tampoco.
"Los participantes reportaron efectos de resaca que fueron medidos en términos de fatiga, incomodidad física y disturbio emocional", dijo la coautora del estudio Adele McKinney, una asistente de investigación en la Universidad de Ulster.
El estudio no especuló sobre cómo las resacas contribuyen al menor desempeño de las funciones mentales. Sin embargo, White de la Universidad de Duke dijo que las resacas tienen mucho que ver con el hecho de que el alcohol simplemente no es bueno para el cuerpo.
"La gente se siente enferma al día siguiente principalmente por que han intoxicado sus organismos con alcohol la noche anterior", White señaló. "Es un veneno, y da la casualidad que es un veneno que propicia un sensación grata de intoxicación. Pero se paga por ello. El cuerpo debe dedicar energía en asimilarlo y eliminarlo".
Incluso cuando no queda alcohol en el organismo, la gente aún sufre los efectos posteriores como la fatiga, náusea y deshidratación, apuntó. "Todo eso dificultará su atención para aprender o permanecer despierto", añadió. "Esto ocasionará que su desempeño se vea deteriorado".
¿Qué podemos hacer? Por supuesto, se puede optar por no beber, o al menos, no beber tanto. Consumir un vaso de agua o de otra bebida sin alcohol entre sus bebidas puede retardar la embriaguez y combatir la deshidratación, White sugirió.
Pero si se bebe demasiado, lo mejor es tomar una aspirina durante la mañana siguiente, dijo White. Y simplemente dejar que el tiempo transcurra.
________________________________________Por para MG-MedicinaGeriátrica
       


jueves, 5 de mayo de 2011

VIOLENCIA DE GÉNERO Y ALCOHOL

 






Contraportada: Violencia de género y Drogas
La Pasión de Eva
Al límite de este verano de 2005 escuchamos en las noticias las peores cifras de violencia doméstica en lo que va de año: 3 mujeres asesinadas el último fin de semana de agosto, una diaria. 18 Víctimas durante el total del verano, desde que encontrasen a M. Mami estrangulada en su domicilio el 1 de junio, cuando aún otras diecisiete mujeres seguían vivas, que no a salvo de la locura de sus compañeros.
Oímos que el verano es una etapa especialmente drástica. La convivencia, de por sí conflictiva, se ve exacerbada por el mayor roce. 3 Víctimas en los últimos tres días, 18 en los últimos tres meses, 41 mujeres asesinadas en 2005 antes de que se acabe este agosto.
¿Por qué el amor se convierte en terror? El hombre que te ama: el mismo que te mata. Cuando el amor y el dolor se conjuran en las mismas manos, y el bien y el mal conviven en la misma persona, emergen las raíces más abyectas e irrespirables del ser humano. En la intimidad más vulnerable y entregada nadie está preparado para la amenaza, es allí donde el terror consigue su realización plena.
La locura del odio tiene remedio, nos dicen psicólogos y expertos. Y en las ruinas del espíritu los más humanistas buscan incansablemente una explicación, que acaso pudiese topar finalmente con las puertas tapiadas de la droga.
El Acusado bebía, Señoría
"Esnifaba cocaína y llegaba borracho de madrugada. Muchas veces me despertaba a mí y a los niños y nos pegaba a todos... En los peores momentos recibía dos palizas diarias" denuncia Fátima, víctima de malos tratos.
Los testimonios alusivos al alcohol, entre otras sustancias probables que consume el maltratador, son frecuentes en los casos de violencia de género. Cuando las encuestas buscan motivos acólitos que pudiesen favorecer las agresiones, el 90% de los consultados refiere al consumo de alcohol y drogas.
Otro dato apunta que los usuarios habituales de alcohol, cocaína, heroína y finalmente todas las drogas a excepción de las benzodiacepinas, son en su gran mayoría hombres (en un 80%, más o menos, frente al 20% de mujeres).
Pero, ¿cuál es la incidencia real de las drogas en la violencia doméstica? El consumo de sustancias desinhibe al maltratador y potencia el comportamiento violento, pero los profesionales advierten: "Muchas veces las drogas no son la causa de la violencia sino la excusa." (José Ramón Landaroitajauregi, experto en terapias con parejas en situaciones de violencia). "Cuando un asesino repunta, enseguida los expertos lo catalogan como un drogadicto o un psicópata. Con el "presunto" asesino de Elche, que ha matado a mujer y dos niños a martillazos -acaecido el 14 de abril de 2005-, han convergido ambos diagnósticos. Sin embargo, tengo una explicación alternativa...
Estoy convencido de que había ejercido violencia contra su mujer con anterioridad. La noche del asesinato había salido a beber con un compañero de trabajo. Recayó en el consumo de cocaína del que era adicto en desintoxicación y, en ese momento, añoró la época en la que era representante de ferretería, en una vida paralela en la que se drogaba y divertía sin responsabilidad. Mujer e hijos eran un lastre...
"La cocaína la ingirió como energizador de una conducta homicida premeditada." (Andrés Montero Gómez, presidente de la Sociedad Española de Psicología de la Violencia).
Drogas antes de una violación
Una resolución médica comienza a ser habitual en las urgencias por casos de violación: la víctima ingirió drogas. ¿Qué tipo de drogas?
¿Qué tienen en común el GHB o ácido gammahidroxibutírico y el Rohipnol o flunitracepam? Ambas sustancias son incoloras, inodoras e insípidas. Su creciente consumo de los últimos años, en fiestas y otras citas, ha incluido una particularidad: su consumo involuntario. Por sus características, este tipo de drogas imperceptibles se añaden a la bebida de la víctima en un momento de descuido, quedando así a merced de su acompañante. Tanto así que el GHB y el Rohipnol se han dado a conocer como las drogas de la violación por acompañante o cita ("date rape").
En una atmósfera de confianza y cercanía, en una fiesta o una cena íntima, la víctima pierde conciencia del peligro. Entonces, de nuevo el acompañante o la pareja es la principal amenaza, el maltratador o violador potencial con el que podría estar compartiendo una copa o una charla tranquila los instantes previos a la agresión.
La droga deja de ser en estos casos un mero acicate eventual para convertirse en el instrumento mismo del acto violento frío y calculado, infligido a una persona completamente indefensa, inconsciente tras la ingestión de estos compuestos depresores del sistema nervioso central.
Cursadas varias horas, la víctima recupera la conciencia entre el malestar y la confusión. Trata de recordar, pero la memoria apenas le responde con algún flashback de comienzos de la noche: sólo momentos de euforia y recreo, que van velándose a cada paso por una incertidumbre de melancolía viva, turbia. Hasta que finalmente decide ponerse en contacto con un médico o con la policía.
El feminicidio de Ciudad Juárez
El fenómeno de la violencia de género conoce un lugar cerca de la frontera de El Paso, Texas, lejos de las grandes urbes, donde el horror se complica hasta el rechazo físico que produce su mera consideración.
Como una pesadilla engendrada que viese las luces de la realidad, Ciudad Juárez, al norte de México, se ha convertido en un auténtico cementerio de mujeres. Un agujero negro de tortura y muerte para más de 300 mujeres desde hace ya 15 años. Crímenes rituales que cumplen un proceso de secuestro, tortura, abusos sexuales, mutilaciones y estrangulamiento, que siguen repitiéndose aun hoy con total impunidad en un lugar que se nos antoja lejano e irreal ante la imposibilidad de asimilar la voracidad de su certeza.
El 26 de septiembre de 2003, una delegación de expertos de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito visitó Ciudad Juárez. El informe que emitió un mes después sumaba a los pretéritos de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (2002), Amnistía Internacional (octubre de 2003) y la Comisión Nacional de Derechos Humanos (octubre de 2003). En concreto, los informes puntualizan:
Además de la misoginia y de la violencia familiar, inciden en el feminicidio de Ciudad Juárez la presencia del crimen organizado ligado al narcotráfico, pero no sólo a éste, así como la colusión de la policía y otras autoridades, que favorece la impunidad.
Los escenarios de la violencia de género
Fuera de los infiernos domiciliarios que viven las víctimas más cercanas a nosotros, a un metro diario de nuestro puesto de trabajo o subiendo quizá la misma escalera de vecinos; lejos, casi en otro mundo, viven mujeres aterradas en muladares de miseria y condenación, pozos infectos de pobreza y droga donde las perdedoras del mundo sobreviven gracias a un coraje que es tan irreal para nosotros como toda su existencia.
Cuentan que en las barracas de la prostitución de los suburbios centroamericanos, los proxenetas obligan a las prostitutas a consumir crack y heroína hasta que se enganchan, convirtiéndose luego en sus camellos y haciéndolas así dependientes de sus servicios.
La droga, que tiene la virtud de pasar por rendijas apuradas como filos, se cuela en los escenarios de la violencia de género igual que esos indicios inesperados que los detectives de las películas manejan como piezas de un puzzle.
Cuando haya resuelto el caso, el psicólogo, que es otro detective, tendrá ante sí la imagen que devuelve un puzzle armado; la instantánea de una historia de machismo y sentido de la posesión con final de página de sucesos, cuyo decorado puede evocar el interior de una mansión de lujo o la panorámica de un gueto asiático indistintamente: "Todas son nuestras hijas, todas son nuestras muertas", dicen las madres de Ciudad Juárez.
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Barcelona (España)
  15 de Abril de 2009
El alcohol está presente en casi el 50% de los casos de violencia de género.
• Así lo demuestran algunos estudios internacionales
La Fundación Salud y Comunidad desarrolla desde noviembre de 2000 el Proyecto Malva, un programa preventivo de la violencia de género asociada al abuso del alcohol. Aunque existe constatación del enorme daño social derivado de la violencia en el ámbito doméstico, y de la influencia del alcohol en este proceso, existen muy pocas iniciativas para prevenir este fenómeno. La relación entre la violencia de género y el alcohol está avalada por diversos estudios internacionales, entre ellos de organismos como la OMS.
Alrededor de un 50% de los casos de violencia de género están vinculados al consumo del alcohol, según fuentes de la Fundación Salud y Comunidad. Tomando como referencia el proyecto promovido por la OMS “Estudio Internacional Sobre Género, Alcohol y Cultura Proyecto Genacis”, que coordina el Instituto Suizo para la Prevención del Alcohol y los problemas de drogas (SIPA), el equipo responsable del Proyecto Malva de la Fundación Salud y Comunidad ha observado que el exceso de alcohol es determinante en muchos casos.
El “Proyecto Genacis” tiene como objetivo establecer relaciones entre el consumo de alcohol y los roles sociales, victimización y violencia, y la igualdad de género. Este estudio de la OMS concluye que existe una asociación negativa entre abuso de alcohol y la calidad de la relación de pareja.
En esta investigación se mantiene que la presencia del alcohol en el escenario de las agresiones es muy elevada en situaciones de malos tratos. Cerca de la mitad de las personas involucradas en las agresiones (47%) había estado bebiendo con anterioridad a estos episodios, bien sea el agresor (25%), bien el agresor y la víctima (16,7%) o bien sólo la víctima (3,5%).
Paralelamente, varias investigaciones de carácter internacional (Chase, K. A., O’farrell, T. J., Murphy, C. M., Fals-Stewart, W., Murphy, M.), han puesto de manifiesto desde hace aproximadamente tres décadas, que el abuso de alcohol y la violencia de género se dan frecuentemente en las mismas familias, representando el alcohol un factor de riesgo para la presencia de la violencia familiar.
Por otra parte, según la nota descriptiva de la OMS, “Violencia infligida por la pareja y alcohol” (2006), el consumo de alcohol es uno de los principales factores de riesgo de violencia de pareja y demuestra estar íntimamente ligado a dicha violencia. En este estudio se mantiene que en EEUU, en Inglaterra y en Gales, las víctimas creían que su pareja había estado bebiendo antes de una agresión física en el 55% y el 32% de los casos respectivamente. Por otra parte, en Australia, el 36% de los homicidas de su pareja estaban bajo los efectos del alcohol en el momento del incidente. Otro dato relevante sería que en un estudio reciente realizado en varios países (Chile, India, Egipto y Filipinas) se señaló en todos ellos el consumo habitual de alcohol por parte del cónyuge o la pareja como factor de riesgo de cualquier acto de violencia física de pareja a lo largo de la vida.
Así pues, queda demostrada la importancia de la necesidad de prevención en este campo de intervención complejo y multivariable, señala el equipo del Proyecto Malva de la Fundación Salud y Comunidad.

PROYECTO MALVA, PREVENCIÓN DE LA VIOLENCIA DE GÉNERO ASOCIADA AL ABUSO DEL ALCOHOL
El programa se lleva a cabo en tres comunidades autónomas: Comunidad Autónoma de Madrid, Comunidad Valenciana y Cataluña, y está subvencionado por el Plan Nacional sobre Drogas del Ministerio de Sanidad y Consumo y por la Consellería de Sanitat de la Generalitat Valenciana.
Los objetivos básicos del proyecto consisten en informar y sensibilizar a la población general, (potenciales) víctimas, y (potenciales) agresor@s sobre los mecanismos que desencadenan los procesos violentos haciendo especial énfasis en el papel del alcohol, y sobre los recursos asistenciales al respecto.
Otro objetivo se centra en la detección precoz de los casos de violencia familiar, a través de la formación de profesionales de diferentes ámbitos (socio sanitarios, de drogodependencias, medios de comunicación, etc.) proporcionando pautas de actuación para el diagnóstico y la intervención y contribuyendo a la unificación de criterios entre los diversos campos de trabajo.
En este sentido, y desde sus inicios, ha incidido en la creación de materiales de prevención, entre los que se encuentran guías de actuación para profesionales, manuales sobre el abuso del alcohol y la violencia de género, trípticos preventivos para concienciar a la población, etc.
EL ALCOHOL, UN FACTOR DE RIESGO PARA LA VIOLENCIA FAMILIAR
Según el equipo del Proyecto Malva, el alcohol es una de las drogas más consumida de las sociedades industrializadas. Las consecuencias negativas de este consumo pueden aparecer tanto en forma de problemas de salud física, como de comportamiento (malos tratos, accidentes), con lo cual su uso abusivo se convierte en un problema social. De hecho, es uno de los principales problemas de salud pública en nuestra sociedad. De ahí la importancia de programas preventivos como el Proyecto Malva.
Desde el Proyecto Malva se destacan los efectos inmediatos del consumo de alcohol: agresividad, prepotencia, exaltación del ánimo, mayor seguridad en uno mismo, disminución de las inhibiciones, sensación de euforia, etc. Por ello, la influencia en el comportamiento del/la agresor@ resulta evidente, según indica el equipo responsable.
La Fundación Salud y Comunidad es una organización sin ánimo de lucro que se marca como objetivo favorecer las iniciativas destinadas a promover la salud comunitaria y el bienestar social. Sus ámbitos preferentes de actuación son la prevención y atención de la violencia de género, drogodependencias, sida, educación para la salud, servicios de ayuda a domicilio, reinserción de reclusos y ex reclusos, y atención a personas con minusvalía física y a la Tercera Edad.
Artículo tomado de :portalesmédicos.com

 

viernes, 22 de abril de 2011

ALCOHOL Y VIOLENCIA DOMÉSTICA



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¿INFLUYE EL CONSUMO DE ALCOHOL EN LA VIOLENCIA INTRAFAMILIAR?
Por: JORGE RODRÍGUEZ ESTRADA
Torreón, Coah.- La violencia intrafamiliar es un fenómeno que se incrementa notablemente los fines de semana, cuando se presenta una elevada ingesta de alcohol. Aunque no es muy frecuente, también se reciben quejas contra mujeres que golpean a sus maridos, señaló Gerardo Antonio Pérez Pérez, titular de la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE).


Por lo general, añadió el funcionario, son los hombres quienes agreden a las mujeres y a los menores y estas situaciones, muchas de las veces van acompañadas de la ingesta de alcohol o cerveza y en algunos casos hasta con drogas como mariguana, cocaína o heroína.
Aunque no es muy frecuente, también se reciben reportes de hombres que son golpeados por las mujeres y que de no tenerse aún tan arraigado el mito del ?macho mexicano?, quizás el número de este tipo de quejas crecería en forma considerable, señaló.


Esta problemática, que si bien tiende a distraer tanto al Ministerio Público, estamos obligados a atender, para tratar de calmar los ánimos entre las partes antagonistas, pero sobre todo para evitar cualquier incidente de mayor índole, dijo Pérez Pérez.


En los casos que uno o ambos cónyuges persistan con su agresividad, los servidores públicos tienen indicaciones primero de intentar calmar los ánimos, pero de no ser así, tienen que ser remitidos a la cárcel municipal donde la parte afectada o bien ambos, pueden interponer su denuncia, expresó el delegado de la PGJE.
Por desgracia, dijo, un gran número de estos incidentes termina con el perdón de la parte afectada, pues lo único que quiere es que detengan y encierren en la cárcel por un rato a la parte agresora, de manera que se calme y luego de unas cuantas horas, quienes anteriormente solicitaron el apoyo policíaco van a pagar la multa y así liberar al detenido.


En otros casos, sí se llega a interponer una denuncia en el Ministerio Público, pero al final siempre termina en lo mismo, el perdón del ofendido y la liberación del agresor, afirmó.
Pérez Pérez aseveró que lo conducente en este tipo de situaciones es que la parte afectada interponga su denuncia de manera que siga un proceso, ya que este tipo de delitos tipificados como ?especiales? en el Código Penal, establecen claramente las sanciones que se pueden aplicar, sobre todo si se trata de reincidentes.
El delegado de la Procuraduría General de Justicia del Estado, consideró que falta la cultura de la denuncia por parte de la ciudadanía, pues mientras se tenga la idea de que los guardianes del orden deben intervenir para calmar problemas de tipo familiar y al cabo de un tiempo otorgar el perdón al inculpado, se seguirá distrayendo la atención de los servidores públicos para atender otros ilícitos que afectan a la gran mayoría de la comunidad.


Señaló que debido a las costumbres y la idiosincrasia del pueblo mexicano, principalmente del consumo del alcohol, el problema de la violencia intrafamiliar se agudiza cada vez más, lo que aunado a la desintegración de la familia, se están presentando incluso casos de hijos que golpean a sus padres, sobre todo cuando el muchacho es víctima de la farmacodependencia.
En estos casos es cuando los padres ya no tienen control sobre sus hijos y esto ya le han perdido el respecto a sus progenitores, tanto al padre como a la madre y por desgracia esto va en aumento, terminó diciendo Gerardo Antonio Pérez Pérez.
Abuso a menores: Es importante que los padres de familia interpongan la denuncia correspondiente cuando sus hijos hayan sido agredidos, principalmente cuando el atacante es una persona adulta, ya que este delito debe ser castigado sobre todo si existe la agravante de lesiones, expresó Gerardo Antonio Pérez Pérez, titular de la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE).
En la agresión a menores, cuando hay lesiones, existe una comisión de delito que debe y puede denunciarse en la PGJE, ya que este ilícito está calificado como agravante según el Código Penal de Coahuila, dijo.
Los casos de agresión infantil deben denunciarse con el Ministerio Público de manera que integre la averiguación previa en donde se señalen el tipo de lesiones y el sujeto pasivo del delito (el menor), para establecer el agravante y de esta manera que la sanción sea mayor, en el caso que sólo hubiese habido la agresión, señaló.
Sin embargo, recalcó, es de suma importancia que en estas situaciones, los padres del menor afectado acudan a la autoridad competente a interponer la denuncia, pues sólo de esta forma se podrá proceder en contra el presunto responsable.
Señaló que por desgracia las agresiones a menores de edad se están incrementando, quizás debido a que no existe una cultura de denuncia entre la población o bien, los padres del afectado optan por no proceder por temor a represalias o por falta de tiempo.
Lo anterior debe dejarse a un lado, pues de otra manera los agresores seguirán haciendo de las suyas sin que se les aplique un castigo ejemplar, concluyó.

SENDEROS DE PREVENCIÓN
Cursos En Línea  -  El Vínculo Entre el Alcohol y la Violencia


En el pasado, la sociedad casi siempre excusaba a los hombres por cometer actos violentos contra las mujeres cuando estaban borrachos. Sin embargo, hoy en día ya la gente no acepta tal comportamiento como normal.

El alcohol y la violencia doméstica tienen algunas cosas en común
 • Ambos pueden ser transmitidos de generación en generación.
 • Ambos involucran la negación y minimización del problema.
• Ambos pueden causar que el abusador y la víctima se sientan aislados.
• Ambos se derivan de una necesidad de poder y control.


Cómo Empieza la Violencia


El destructivo hábito de beber y la violencia en el hogar pueden existir antes del
matrimonio. Los malos hábitos pueden comenzar en los días de citas en la
adolescencia, algunas veces después de observar que los padres exhiben los mismos comportamientos.
Siempre que ocurran el hábito destructivo de beber y la violencia, una pareja estará ejerciendo poder y control sobre la otra.
Una mujer que se convierte en víctima del abuso está en riesgo de abusar del alcohol y otras drogas para escapar del dolor y la vergüenza del abuso. 


Algunas parejas abusivas fuerzan a la mujer a beber o a tomar drogas bajo la amenaza de más violencia. La mayoría de las mujeres no se dan cuenta de que beber alcohol (en cualquier cantidad) las pone en riesgo de violencia.
El alcohol puede estar conectado con la violencia doméstica, aunque uno no cause el otro. No todos los hombres que abusan del alcohol se tornan violentos. Algunos hombres son violentos ya sea que beban o no.
En los casos en que tanto el alcohol como la violencia están presentes, la violencia familiar puede empeorar cuando el hombre deja de beber. En respuesta, algunas mujeres tratan de animar al hombre a comenzar a beber de nuevo de modo que ellas pueden predecir mejor el patrón de abuso.


Ciclo de la Violencia
Por lo general la violencia doméstica ocurre en ciclos. Si no se hace nada para detenerla, la violencia puede repetirse de generación en generación. La violencia también ocurre cíclicamente en las etapas de una relación entre dos personas. 
Las etapas incluyen:
• La Fase de Luna de Miel: Ambas parejas exhiben su mejor comportamiento
y comparten un sentido de emoción y novedad. Se intercambian regalos. El
alcohol puede estar presente sólo en ambientes sociales o románticos. No hay
un verdadero aumento del hábito de beber.
• La Fase de Creación de Tensión: Después de varios meses o un año, la
mujer siente que se crea tensión y nota señales de temperamento o criticismo de parte de su pareja. Ella puede tratar de minimizar los problemas y tiende a
sentirse como si estuviera “caminando sobre cáscaras de huevo”. En algunas, pero no en todas las relaciones abusivas, el hombre puede empezar a beber con exceso. A medida que crece la tensión, el abuso del alcohol se puede convertir en un problema, jugando un papel principal en ataques verbales y violencia menor.


Algunas mujeres pueden beber para disminuir la tensión.
• La Fase de Maltrato Serio: En esta etapa, la violencia que resulta puede ser severa, requiriendo atención médica para fracturas, cortes y quemadas. Un hombre que abusa tanto del alcohol como de su pareja puede empezar a depender del alcohol para aliviar sus sentimientos de impotencia, culpa y tensión. Las mujeres también pueden usar el alcohol para escapar del dolor físico y emocional.
Después de un episodio de violencia, el comportamiento del hombre puede
cambiar dramáticamente. Se torna encantador, lo que conduce a la siguiente
fase.
• La Fase de Luna de Miel: El hombre se siente culpable por la violencia y pide
perdón. Se comporta de manera similar a cuando estaban en los principios de la relación. Le dice a la mujer cuánto la quiere y cuánto la necesita. Si ha estado abusando del alcohol, puede parar de  beber. Ya sea que el alcohol esté
involucrado, en cualquier relación abusiva, la fase de luna de miel eventualmente conduce al siguiente ciclo de la violencia.


La Importancia de Reconocer el Problema: Las familias que experimentan el abuso del alcohol y el físico tienen una sólida necesidad de negar el problema.
La gente que no experimenta los problemas directamente también necesita reconocer el problema en sus comunidades. Se estima que 3 millones de niños entre las edades de 3 y 17 años están en riesgo de exposición a la violencia de los padres cada año.
Muchas personas no están conscientes del impacto el abuso doméstico y del alcohol que tienen sobre los niños. Los niños pueden carecer de esperanzas y sentirse indefensos.
Viven con el temor y la vergüenza. Los bebés podrían no prosperar o sentirse alejados de sus cuidadores. Los niños podrían registrar su trauma físicamente. Pueden quejarse de dolores de estómago, dolores de cabeza y problemas con el sueño. Los niños también pueden sufrir descuido debido a que no se atienden sus necesidades físicas y emocionales.
Los niños mayores podrían tornarse agresivos, deprimidos, o tener un bajo desempeño escolar. Además, los niños pueden hacerse adictos al alcohol o drogas para escapar de su vida hogareña.


Violencia de las Citas de Adolescentes:
El alcohol juega un gran papel en las relaciones abusivas entre adolescentes. Más del 60 por ciento de las agresiones sexuales involucran el alcohol. En efecto, uno de cada cuatro adolescentes experimentarán abuso sexual o no-sexual para cuando terminen el colegio o lleguen a los 21 años de edad.


Las relaciones abusivas entre adolescentes siguen los mismos patrones de las parejas de mayor edad. Sin embargo, los efectos de la violencia sobre las adolescentes pueden incluir:
• Desórdenes alimenticios • Uso de alcohol y drogas • Dificultades para dormir; enfermedades físicas relacionada con la tensión
• Depresión; tendencias suicidas; mayor aislamiento de los amigos
• Falta de concentración y bajas calificaciones en la escuela.


Para obtener más información, vaya a www.samhsa.gov/preventionpathways y haga clic en “cursos” para encontrar el Módulo 5 del curso en línea, “No Me Pasará a Mí: Abuso de Sustancias y Violencia Contra las Mujeres”
Referencias Fazzone, PA; Holton, JK, y Reed, BG. (1997). Substance abuse treatment and domestic violence. Treatment improvement protocol series 25. (DHHS Publicación No. SMA 97-3163). Rockville, MD: Centro para el Tratamiento de Abuso de Sustancias.
Instituto Nacional de Abuso de Alcohol y Alcoholismo. (1997, octubre). Alcohol, violence, and aggression (Alcohol
Alert No. 38). Rockville, MD: Autor, Institutos Nacionales de la Salud, Departmento de Salud y Servicios Humanos.
Disponible en www.niaaa.nih.gov/publications/aa38.htm