miércoles, 20 de diciembre de 2023

Padres preocupados / Capítulo 4 - ¿Por qué quieres embriagarte? Sexta entrega del libro

Imagen tomada de la página web BBC News mundo https://www.bbc.com/mundo/articles/cw48kqzlzqko

¿Porqué quieres embriagarte?

Padres preocupados | Capítulo IV

Sin duda alguna, los padres siempre queremos lo mejor para nuestros hijos y realizamos grandes esfuerzos intentando darles lo que necesitan. La meta es apoyarlos, educarlos y prepararlos para que en el futuro sean independientes y exitosos.

Desbordamos mucho amor sobre ellos. Les enseñamos todo lo que hemos aprendido, tratamos de evitar que repitan los errores que nosotros cometimos, les transmitimos principios morales, fomentamos en ellos los valores humanos y esas supuestas virtudes de las que nos sentimos orgullosos. Además, tratamos de protegerlos de cualquier cosa que pueda hacerles daño.

Siempre estamos agobiándolos con recomendaciones triviales y pasajeras, pero no entendemos por qué ellos incurren en errores.

Recuerdo algo de lo que nos decían padres y educadores, refiriéndose a sus enseñanzas y al resultado de las mismas: «Por un oído le entra y por el otro le sale». Pues tenían toda la razón: sus métodos drásticos y represivos lograban algunos resultados positivos inmediatos como respuesta natural a la presión, pero sus enseñanzas no eran bien asimiladas ni lograban convertirse en elementos completos de formación.

 

Imagen tomada de la página web Psicología y Mente https://psicologiaymente.com/desarrollo/claves-relacion-sana-padres-hijos-adolescentes

En un proceso de aprendizaje no basta la información, es necesario el entendimiento y la aceptación de la misma. Debe integrarse el conocimiento a la estructura psicológica y moral del individuo. Para asimilar la enseñanza hay que entenderla, aceptarla y ligarla al universo íntimo, de lo contrario, no será más que información fugaz.

Así pues, dentro del marco de esa educación y del pensamiento de antaño, muchos de los temas relevantes se consideraban intocables, incuestionables, tabú. Solo primaba la sabia opinión de los padres y su experiencia. Sus consejos ―a manera de leyes― debían ser escuchados y obedecidos sin importar si se estaba de acuerdo o no. Y aunque justos y razonables, muchos de ellos, pretendían equívocamente convertir a las generaciones venideras en fieles copias de su forma de vida.

Actuaban sin reflexionar sobre sus posibles errores y sin aceptar la continua evolución generacional, la misma a la que si le hubiesen abierto un espacio de comprensión, quizás habría afectado de manera positiva sus vidas, las de su prole y las de la sociedad en general.

Sin duda, muchos de esos consejos fueron y serán valiosos. Mencionemos algunos ejemplos:

«Trabaja fuerte e incansablemente, demostrando siempre dignidad y honradez. No robes, porque eso jamás te lo perdonaría».

Este concepto lo reforzaba la iglesia católica con uno de sus diez mandamientos. Pienso que es algo positivo. De esta forma nos enseñaban el valor de la honradez y el respeto por los bienes ajenos. Se reconocían y fortalecían el honor y la dignidad humana con base en el trabajo (virtud que enaltece al hombre).

«Ten relaciones sexuales sanas con sujetos del sexo opuesto y ojalá comprometido en la convivencia de pareja».

Estoy muy de acuerdo. Las relaciones heterosexuales son saludables y positivas para el individuo y la sociedad. La promiscuidad y el libertinaje siempre han generado problemas y situaciones peligrosas que afectan la vida de personas y familias.

Pero nunca fueron suficientes esos tibios y restrictivos consejos, pues parecían ignorar la vulnerabilidad psicológica de los individuos por causa de su inexperiencia. Basta con observar el resultado de las relaciones fracasadas de pareja en épocas de adolescencia y juventud, para detectar la ausencia de formación y madurez.

Imagen tomada de la página web El Planteo

https://elplanteo.com/marihuana-legal-tabaco-estudio/

 

«No fumes cigarrillo, es muy dañino». Parece simple, pero es trascendental en cuanto a la salud personal y grupal. Esa importante advertencia necesitaría ser reforzada con más información y acciones. Con argumentos y análisis sobre sus efectos tóxicos, su gran poder aditivo, causas y consecuencias personales y sociales del consumo.

«No fumes marihuana, sabes lo despreciables que son los marihuaneros». Ese parece ser el único punto que la gente ataca cuando se toca el tema, destacando el qué dirán, lo vergonzoso, lo prohibido. Pero omiten (tal vez por ignorancia) las consecuencias negativas que puede generar la adicción a la yerba, relacionadas con la vida productiva de quienes la consumen, con los posibles daños morales y psicológicos, con la degradación personal y social, con los efectos nocivos para su salud, etcétera.

Es necesario también hacer referencia a un tema muy preocupante en la actualidad: el Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA). Es una grave amenaza para la humanidad y no se le concede la importancia que se merece. Al respecto, algunos padres apenas se limitan a recordar a sus hijos el uso del preservativo (o condón) como la única y más eficaz forma de prevención. Con ese tibio consejo creen hacer lo suficiente para evitar que resulten afectados. Confían en que la comunidad, utilizando los medios de información y a través de fugaces campañas preventivas, logrará evitar el contagio masivo de la enfermedad.

Pero no es suficiente informar y crear temor; las personas se olvidan, la juventud es rebelde y osada. Sí, la prevención es el único y mejor camino, pero se trata de un problema de consciencia, de responsabilidad y autovaloración. Para cuidarse hay que estar convencido de lo peligroso que es el virus, de su fácil transmisión y de los métodos preventivos que funcionan. Es ahí en donde deberíamos hacernos siempre presentes los padres para educar, convencer, sembrar ideas y conceptos convenientes.

No se necesita ser ilustrado ni sabio si se quiere orientar de manera positiva a los hijos. Muchos temas deberían ser tratados con ellos en busca de entendimiento, prevención y soluciones.

Hagámonos ahora algunas preguntas sobre el alcohol:

¿Crees que se cuestiona el consumo del alcohol con el mismo énfasis que se hace hacia el cigarrillo y la marihuana?

¿Es rechazado socialmente el individuo que toma algunas copas?

¿Las personas disfrutan de las celebraciones sin incluir la bebida?

¿Es imprescindible el licor para poder alcanzar estados de alegría, relajación y felicidad?

¡Tabú! Nadie quiere adentrarse en ese tema para discutirlo, reflexionar sobre él y hacer conclusiones serias. Apenas sí se habla de permisividad, de horarios y límites respecto a su ingesta. Se diseñan actividades, modalidades y espacios para disfrutarlo. Así solo se favorece su consumo, se genera aceptación y tranquilidad individual y social.

¡Nadie quiere abordar la parte negativa! ¿Por qué? Porque la mayoría de las personas, sin importar su edad, cultura, raza, condiciones socioeconómicas, etcétera, estuvieron o están involucrados de una u otra manera con ese fenómeno. Nadie quiere cargar con el peso de la responsabilidad frente a las consecuencias. Los padres, por ejemplo, jamás van a aceptar que han transmitido un mensaje equívoco a sus vástagos. Sin embargo, desde su posición de líderes y protectores, generan consejos y normas que tal vez ayuden con el problema. Por ejemplo:

¡Si quieres tomar, debes aprender a hacerlo bien…!

¡Nunca abandones tus responsabilidades por andar tomando licor!

¡Puedes beber unas copas, pero recuerda que tienes actividades pendientes!

¡Trata de disfrutar los tragos sin problemas!

¡Disfruta de la bebida en buena compañía!

¡Procura no gastar mucho dinero en licor!

¡Toma de vez en cuando, no sea que te conviertas en un alcohólico!

Imagen tomada de la web de Semana.com                                 

https://www.semana.com/vida-moderna/articulo/beber-licor-delante-de-los-hijos/549770/

Estas y otras tantas recomendaciones paternas, sin duda, son una clara voz de aceptación al consumo de licor. Sin embargo, ya sea que nos ubiquemos en el tiempo hace setenta años o en el día de hoy, la tendencia común de la gente es la de catalogar el alcohol como perjudicial. «¡Claro!, dependiendo de las circunstancias en las que se consuma». —¿Cómo entenderlo entonces? —.

Es como si ignorásemos a propósito la verdad, como si fuésemos incapaces de decidir si está bien o está mal. Aceptamos el alcohol socialmente dentro de unos parámetros, pero en el fondo tenemos la certeza de que no trae nada positivo para nuestras vidas y de que —por el contrario— nos afecta de alguna manera. Tal vez lo percibimos apenas como un problema disciplinario, lejano al interior del ser.

Algo fácil de controlar en el momento en el que decidamos hacerlo.

Nos negamos a entender y a reconocer lo peligroso y nocivo que puede ser social e individualmente. Sabemos muy bien cuáles son los efectos fisiológicos y psicológicos que se producen durante y después de su consumo, pero nos negamos a rechazarlo radicalmente y a calificarlo como lo que es: un enemigo fuerte y peligroso que acecha; una avanzada hacia la derrota liderada por la conciencia del individuo, inmersa en el error; un camino hacia la degradación y al fracaso.

Prevalece el concepto generalizado entre familias, educadores y profesionales de la salud, de catalogar el alcohol como un factor negativo y perjudicial, algo que afecta a los seres humanos en todos los aspectos de la vida. Todos sabemos de sus efectos malignos, pero hacemos gala del cinismo y de la hipocresía, ignorando el peligro y dando rienda libre a la inconsciencia.

Infortunadamente, nuestros pensamientos están condicionados por las viejas costumbres y desde una perspectiva equívoca. Así llegamos a creer que la actitud más inteligente es la de consumir licor moderadamente y en ambientes sanos y tranquilos: dentro del círculo familiar, en compañía de la pareja o de amigos, en eventos de alta clase social, etcétera.

En fin, podemos encontrar bastantes justificaciones para tomar una o muchas copas de alcohol sin ser objeto de señalamientos, sin producir temor ni preocupación a otras personas y sin llegar a sentir la más mínima inquietud o culpabilidad por hacerlo. Creemos que está bien y que es aceptable.  ¡Lo justificamos, lo apoyamos y lo promovemos!

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viernes, 27 de octubre de 2023

Licencia para beber / Capítulo 3 - ¿Por qué quieres embriagarte? Quinta entrega del libro

Imagen tomada de https://es.childrens.com/health-wellness/how-to-talk-to-teens-about-alcohol

¿Por qué quieres embriagarte?

Capítulo 3 - Licencia para beber

Retomando la época de mi niñez, recuerdo que ocasionalmente tenía la oportunidad de beber un vino, un aguardiente, una cerveza, lo que fuera. «Contaba con la autorización implícita para hacerlo».

Acontecimientos como la celebración de la navidad o de fin de año, los cumpleaños, matrimonios, bautizos, confirmaciones, paseos campestres, etcétera, estaban aparentemente controlados por los padres. Ellos disponían de los alimentos, las bebidas y las actividades a realizar. Entonces, siendo así, a su antojo, todo parecía funcionar dentro de la normalidad.

Sería muy diferente si alguno de los hijos menores de edad decidiese tomarse unos tragos en compañía de sus amigos y sin autorización, quebrantando así los ordenamientos familiares. En ese caso sí se pondría al descubierto la existencia de un grave problema.

Estoy seguro de que muchas personas han experimentado esta situación. De que en algún momento de sus vidas fueron invitados, asistidos o tolerados por sus padres, tíos, padrinos o abuelos para consumir alcohol, eso sí, siempre y cuando se tratara de una ocasión especial o de una celebración hogareña.

He aquí entonces camuflada entre los seguros y afectivos lazos de la familia, una mágica, inmensa y peligrosa puerta de entrada al sórdido mundo del alcoholismo.

En mi caso, sin duda alguna, la mejor oportunidad para tomar licor se presentaba con esas celebraciones caseras. Sin señalamientos por parte de mis padres, sin reproches y sin remordimientos. En cuanto a lo cotidiano, mientras obedeciera y cumpliera con mis obligaciones académicas y oficios, no había ningún conflicto.

Cabe anotar, que los individuos no perciben ni entienden que existe un problema de alcoholismo en otros, mientras su comportamiento no les afecte a ellos de manera negativa. —Es por eso que hago referencia al cumplimiento de los deberes.

Cuando el estudiante cumple con sus responsabilidades académicas y supera algunas metas; cuando el padre de familia satisface las necesidades económicas de la casa, o cuando la señora del hogar atiende de manera satisfactoria sus compromisos familiares, entonces nadie notará que existe un problema con el alcohol, aunque sepan que esa persona lo consume continuamente. Por el contrario, la tendencia general será la de aceptarlo y reconocerlo como una justa recompensa al trabajo y al esfuerzo de quien hace las cosas bien.

En cambio, si se presentan fallas de rendimiento en las acciones de alguno de ellos, afectando de forma directa y perjudicial a quienes les rodean, surge escandalosamente la existencia de un problema y entonces todos admiten que el motivo es el consumo del alcohol. Y se adoptan posiciones fuertes de rechazo y crítica, enjuiciando al infractor y liberándose de cualquier responsabilidad.


Durante mi pubertad y adolescencia fui un gran consumidor de alcohol. De manera progresiva me hacía resistente a sus efectos y cada vez lo disfrutaba más. —Son muchas las sensaciones y vivencias placenteras que te atrapan y te satisfacen.

Es por eso que el mundo que vas construyendo te gusta, te absorbe, te fortalece. La bebida se va convirtiendo en lo más importante de tu vida. Las primeras experiencias trazan el camino por el que querrás continuar. Esa mezcla de sensaciones, sentimientos y frescas impresiones con el elíxir embriagante afianza una poderosa relación que influye en la construcción de tu personalidad.

«Se afecta desde muy temprano tu vida productiva y social, se debilita la fortaleza que albergará tu existencia».

Ya tus anhelos y satisfacciones no solo los compartirás con tu familia, sino también con esa pequeña sociedad que eliges, en especial, con quienes transitan tu mismo camino. Se arraiga de manera tan fuerte en tu vida el hábito de consumir licor, que se vuelve tan común beber como comer o practicar deportes, como estudiar, trabajar o recrearse. Y el alucinante bebedizo se convierte en tu compañero incondicional y en el complemento de casi todas tus actividades —porque así lo deseas.


 

miércoles, 11 de octubre de 2023

En la dirección equivocada / Capítulo 2 - ¿Por qué quieres embriagarte? Cuarta entrega del libro

Imagen tomada de centroaccion.es/alcoholismo-hereditario/

¿Por qué quieres embriagarte?
Capítulo 2 - En la dirección equivocada

Debo aclarar al lector que no pretendo envilecer el nombre de mi padre contando esta absurda anécdota. Me siento muy orgulloso de ser su hijo, de nuestra casta, de mi apellido; privilegiado de los principios y valores que con amor y energía nos transmitió a todos sus vástagos.

Solo trato de ubicar el contexto del pensamiento generacional en aquellos días. Lo que muchos de nosotros vemos hoy como un gran error, no significa que para los hombres de esa época y de las anteriores generaciones lo fuera.

Ellos no consideraban que esas acciones ocasionales de flexibilidad y tolerancia con respecto al consumo de alcohol fuesen un grave error. Tal vez lo concebían como una minúscula inducción para preparar a sus hijos varones hacia el futuro, convencidos de su buena actuación.

Ellos también fueron objeto de una educación machista y totalitaria, colmada de errores. Antaño, los varones imponían sus conceptos a la familia e intentaban hacerlo con la sociedad, sin importar cuan desacertados estuviesen y sin aceptar réplicas. Por eso pido al lector que no haga juicios drásticos y equívocos a este gran señor —mi padre— que pongo como ejemplo frente al tema que quiero descubrir.

Siendo él un hombre virtuoso, con una educación aceptable y gozando de todas sus capacidades intelectuales, actuaba ciego ante la realidad. Incurso en el error por causa de la información transmitida genética y culturalmente desde muchas generaciones atrás.

Resalta un equívoco concepto de hombría, la creencia de que los hijos varones tenían que ser exigidos al máximo y soportar duras pruebas. Que siempre deberían demostrar su virilidad, sus aptitudes combativas y aceptar los ordenamientos de sus padres para seguir al pie de la letra su ejemplar comportamiento.

Aunque suene exagerado, podría resumirse así el mensaje: «Un hombre tiene que ser guapo (valiente), serio, trabajador, honesto, responsable, mujeriego y buen bebedor». ¡No parece tan difícil! Creo que yo pude cumplir a cabalidad con esas exigencias, sobre todo, la de ser un buen bebedor (un borrachín).

Imagen tomada de https://mott.pe/noticias/la-publicidad-de-bebidas-alcoholicas-afecta-a-ninos-y-jovenes/


«Pero mi caso es apenas un ejemplo. Lo mismo puede haberle sucedido a mucha gente».

El pensamiento de aquellas generaciones es cuestionado por muchos de nosotros, en especial por la juventud de hoy. También son polémicos temas como la virginidad, el matrimonio, el pudor, las responsabilidades civiles, los deberes y derechos de género, etcétera.

Lo peor por aquellos días era el rol pasivo de la mujer. Ella, como madre, no estaba en posición para tomar decisiones importantes, debía obedecer y apoyar a su esposo. Es por eso que me preocupa que, hoy en día, cuando el sexo femenino goza de todos sus derechos y tiene la potestad de exigir y decidir, se sigan presentando casos aberrantes e irresponsables en los que adultos ―hombres y mujeres― inducen a los menores (incluso a sus propios hijos) al consumo del alcohol.

A estas alturas de la vida deberíamos tener plena consciencia sobre la gravedad del asunto y actuar unidos para prevenir y educar con base en la experiencia. Hemos de proteger a los niños y jóvenes de hoy, y a todas las generaciones venideras en procura del bienestar de la sociedad.


lunes, 25 de septiembre de 2023

Mi primer trago… Capítulo 1 - ¿Por qué quieres embriagarte? Tercera entrega del libro.

 

 
Imagen tomada de "El Alebrije.net" 
https://elalebrije.net/2016/04/29/dato-50-de-ninos-entre-nueve-y-doce-anos-ya-consumio-alcohol/ 

¿Por qué quieres embriagarte?

Mi primer trago…

Capítulo I

«Pues bien, estoy evocando aquel tiempo para contar una de mis peores experiencias en la vida…».

En ese entonces mi padre era propietario y gerente de una mediana industria de productos plásticos. Él era un trabajador incansable e inteligente, buen administrador y gran comerciante. Su planta de producción contaba con veinte operarios o más. La empresa funcionaba a la perfección, por lo cual nuestra situación económica era muy buena, lo que además favorecía la imagen de mi padre, otorgándole el respeto y la admiración de todos.

Recuerdo que, al final del año, en vísperas de navidad, él organizó una fiesta de despedida para sus colaboradores. Había mucha gente, porque además de los empleados asistieron sus familiares y amigos. Por supuesto, mi familia y yo también estábamos presentes. Abundaba la comida y el licor. Todos parecían contentos, bailaban y reían. Por desgracia para mí —aunque parezca increíble— fue allí en esa fiesta, en la que, animado por los presentes y por mi padre, comencé mi carrera por el cruel y mórbido mundo del alcoholismo.

Imagen tomada de "Cascada noticias.com" 
https://www.cascadanoticias.com/noticias/jalisco-noticias/noticias/mas-de-110-mil-ninos-han-bebido-alcohol

«Ese día probé mis primeros tragos». No sé cuánto pude haber bebido, supongo que dos o tres sorbos, pero recuerdo que me pegué una tremenda borrachera. Sentí mareo, dolor de cabeza, ganas de vomitar; lloré sin consuelo invadido por una sensación indescriptible de derrota y quebrantamiento que aún no he podido olvidar. Por suerte, fui atendido por mi madre y al final pude dormir. Superamos ese mal momento. —No fue nada crucial—.

Además, no todos son malos recuerdos de aquel día: ¡cómo olvidar las celebraciones y la sensación de grandeza que viví al ver a los adultos disfrutando de mi hazaña! Me hicieron sentir grande e importante. Incluso, recuerdo que me enamoré de una mujer mayor. Ella era hermosa y alegre, imagino que tendría unos veintiséis años de edad. Y lo mejor, al parecer ella me correspondía…

«Es un coctel fantástico de emociones: las delicias del amor y el embrujo del licor». Esa fue mi primera borrachera, de la cual después me jactaría orgulloso.

Imagen tomada de "Eres mamá.com".
https://eresmama.com/afecta-consumo-alcohol-los-menores/


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lunes, 18 de septiembre de 2023

Introducción - ¿Por qué quieres embriagarte? Segunda entrega del libro

Introducción

Ubiquémonos en la ciudad de Pereira (Colombia) en el año de 1968. Hablemos de una hermosa familia de estirpe antioqueña, conformada por la madre, el padre y sus tres hijos.

La madre era una mujer con educación media y de sanas costumbres; fiel y sumisa a su esposo, como debería ser en aquellos días, dedicada por completo al cuidado y la atención del hogar.

El padre era un hombre emprendedor e independiente, orgulloso de sí mismo, machista y de carácter muy fuerte. Viril, serio e íntegro como ninguno, forjado por la vida, colmado de talento y capacidad. Comprometido con la responsabilidad y el honor, respetuoso de la dignidad humana conforme a su formación patriarcal.

Y los hijos: en primer lugar, estaban las dos nenas de siete y tres años, consideradas como las muñecas de la casa. Ellas eran intocables, con jerarquía de reinas. Tenían derecho a lo mejor desde su nacimiento hasta el día en el que se casaran. —Era así como estaba programado su destino por aquel entonces; la meta principal era educarlas y prepararlas para el matrimonio.

Por último, estaba un hombrecito de apenas cinco años —ese era yo—. Acreedor a un amor profundo y exagerado por parte de mi padre, al fin y al cabo, era el varón de la casa y el que daría continuidad al apellido y a la casta familiar. Era yo quien debía recoger, aprender y poner en práctica todas sus enseñanzas para hacerlo un hombre feliz y orgulloso.

Sin embargo, ¡qué ironía!, estaba destinado a lo más exigente, a soportar con dignidad y fortaleza las condiciones más rígidas para demostrar mi hombría, pues así era como le correspondía al varón.

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viernes, 8 de septiembre de 2023

Quiero que leas este trabajo literario...

Primera entrega

Amigos lectores, quiero compartir con ustedes el contenido de este trabajo literario con la intención de hacer llegar mi mensaje a cada uno de ustedes para que lo compartan con su familia y sus amigos. Iré haciendo publicaciones periódicas de todos los capítulos del libro y espero que no sea en vano mi interés por destacar un tema de gran importancia social y familiar. 
Ojalá se animen y hagan sus comentarios.

                             
Prólogo 

«Son muchas las inquietudes y pensamientos humanos con respecto a sus deseos, conquistas y satisfacciones. En la mayoría de los casos, las ambiciones son la consecuencia de factores sociales que asedian la mente y la conciencia, pero al final de cuentas prima el juicio íntimo e individual».

¡Las personas somos vulnerables al concepto ajeno! Basta una simple sugestión para que cambiemos la forma de ver las cosas, nos apartemos del rumbo elegido y queramos tomar otros caminos.

Siempre encontramos razones para sustentar las decisiones propias y justificar nuestros errores y debilidades. Utilizamos todos los elementos que sean necesarios para minimizar nuestras culpas, pero prevalece la verdad como planteamiento fundamental de la vida.

Entonces, buscamos alcanzar metas y superarlas sorteando las dificultades, desde la más elemental (la supervivencia) hasta las más profundas y exigentes (la felicidad y el éxito).

La existencia del ser humano exige un cuidadoso proceso constructivo. Depende de cada uno el que esa construcción sea pequeña o enorme, frágil o indestructible, insignificante o majestuosa; que represente nada o que se proyecte como una riqueza infinita.

 No obstante, todo lo que nos rodea imprime en nosotros su influencia; ella puede considerarse buena o mala, viene de cualquier lado, la conformamos todos y cada uno de los seres y las cosas del universo. Ella es pensamiento y materia, es transformable y continua.

Pero solo tú puedes darle curso a tu vida. Tienes el control y el legítimo derecho a elegir lo que deseas y lo que te conviene. Eres libre de utilizar todas las herramientas que sean necesarias para lograr tus propósitos. Puedes apoyarte en Dios, en las ciencias o en tus emociones, pero siempre llegarás al laberinto de tus pensamientos y de tu intimidad en donde deberás encontrarte, conocerte y descubrir tu esencia para hacer la mejor elección.

«El sentido de este texto es el de aportar al lector un mensaje simple acerca de un tema importante: el consumo del alcohol». No es mi intención criticar ni juzgar, tampoco dictar cátedra sobre el manejo que cada quien debe dar a su vida, ni mucho menos influenciar a nadie ofreciendo consejos que tal vez nunca aceptarían viniendo de parte de un extraño.

Solo quiero narrar y evocar algunas experiencias comunes a la gran mayoría de las personas, y reflexionar acerca de ellas. Señalar el origen, desarrollo y consecuencias de las mismas, observando desde mi perspectiva y la interacción social, con el objetivo de obtener un poco de claridad y entendimiento.

Te invito a que leas con mucho interés, a que lo disfrutes y participes reflexionando sobre tus propias vivencias.